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lunes, 22 de septiembre de 2008

Ciclo de vida de las pymes: ¿Fracasan más en Chile que en otros países?

Nuevamente me han invitado a escribir sobre las pymes en la Revista Agéndate, una nueva publicación electrónica desarrollada por Complexio Comunicaciones, que va ya en su tercer número, dedicada al mundo empresarial pyme de los rubros hotelería, gastronomía, eventos, seminarios y afines. En esta oportunidad me referí al tema del fracaso percibido como recurrente de las pymes chilenas, del que quería compartir aquí algunos párrafos. El texto completo puede verse haciendo clic aquí.

Lo primero que pensamos en relación al punto es que las pymes fracasan en nuestro país por una deficiente gestión en general (administrativa, financiera, comercial, operacional, etc.) y por sus dificultades para acceder al mercado crediticio, lo que puede ser muy relevante en ciertos casos, pero no se condice del todo con la evidencia encontrada, como se verá más adelante. Pero esa es sólo una parte de la película. La otra tiene que ver con una multiplicidad de factores socioculturales, entre los cuales la educación, la productividad, la informalidad, la idiosincracia nacional juegan papeles preponderantes, todos los cuales intervienen en el nacimiento y muerte de emprendimientos, incluyendo aquí a las microempresas, por lejos las empresas más numerosas del país, ya que representan más del 80% del total de empresas, con alrededor de 600.000 unidades productivas y con tasas de entrada de empresas de dos dígitos.

En esta oportunidad, empero, nos circunscribiremos sólo a las pymes -dejaremos a las microempresas y su compleja heterogeneidad para otra entrega- esto es, un universo de alrededor de 140 mil empresas. De éstas -de acuerdo con cifras del año 2005- un 4% escala a gran empresa, un 21% baja a niveles de venta de una microempresa y el resto se mantiene en los niveles de venta pyme. Estas cifras -sin embargo- hay que contrastarlas con la tasa del 7% de empresas que sale anualmente del mercado, tasa similar a la de la mayoría de países del mundo. Asimismo, en Chile, sólo el 1% de las pequeñas empresas llega a ser grande y el 51% ha desaparecido al cabo de 10 años.

Frecuentemente se escucha hablar de la vulnerabilidad de este tipo de empresas y de las continuas peticiones al Gobierno de turno de nuevos programas de fomento para apoyarlas. Ahí están los programas de fomento a la calidad, los Fogape, el Fogain, el Corfo Inversión y otros tantos. Empero, diversos estudios, tanto nacionales como internacionales, demuestran que dicha vulnerabilidad es una característica de casi todas las empresas, incluso las grandes.

En efecto, la evidencia internacional muestra que en todas las economías del mundo, todo el tiempo se crean nuevas empresas, unas pocas crecen hasta transformarse en grandes y muchas otras mueren. Esta evidencia sugiere que la entrada y salida frecuente de empresas forma parte del proceso de selección de las empresas más eficientes. Por lo tanto, desde ya se puede desterrar la idea de que en nuestro país fracasen más que en otros las pymes.

Igualmente, tampoco existe evidencia que el acceso al financiamiento de las pymes sea deficitario en Chile. En efecto, la participación relativa de las pymes en el crédito bancario es apreciablemente mayor que su participación en las ventas, superando incluso a las grandes empresas. Súmele a esto que los indicadores de acceso a crédito bancario de empresas pequeñas en Chile son similares a los de Estados Unidos, el país con los mercados de capitales más desarrollados del mundo, difícilmente se puede hablar de problemas de acceso al crédito.

En este mismo sentido, un efecto de la alta tasa de mortandad a la largo plazo de las pymes - más del 50% cierra al cabo de 10 años- es la baja colocación de créditos a plazos largos respaldados por la mera expectativa de flujos. Evidentemente en el largo plazo una fracción considerable de las empresas ya no existiría y no pagaría el crédito. Esto claramente no dice que haya un problema de acceso al crédito, sólo indica que funciona el mercado. Los bancos sólo hacen su trabajo y no arriesgarán recursos inútilmente.

En síntesis, las cifras muestran que en Chile las pymes se comportan de acuerdo a estándares internacionales, nacen y mueren muchas empresas, pocas consiguen prosperar, son menos eficientes que las grandes empresas nacionales y que sus pares de países desarrollados y su acceso al crédito no es tan malo como se cree.

martes, 2 de septiembre de 2008

Evaluador del Premio Pyme

Respondiendo a una invitación de ChileCalidad, ayer tomé parte de una capacitación para participar en el Premio Pyme Gestión Competitiva, en calidad de evaluador, con el objeto de apoyar a esta iniciativa gubernamental, que tuvo una excelente acogida entre las pymes nacionales, ya que más de 580 completaron todos los pasos y están actualmente postulando a las distintas categorías de este premio, una especie de hermano menor del Premio Nacional de la Calidad (PNC).

El modelo que hay detrás de este Premio Pyme se basa en el Sistema Escalonado de Mejora Continua (SEMC), niveles 1 y 2, el que se basa a su vez en el Modelo de Excelencia Chileno, como ya he referido en otros post sobre la materia.

Los fundamentos del Modelo apuntan a fortalecer la capacidad de estas empresas para competir en mercados cada vez más exigentes y globalizados, en vista de la necesidad de mejorar continua y gradualmente su gestión, permitiendo con ello alcanzar, sostener y mejorar la posición de éstas en el mercado.

El Premio es un reconocimiento público a las pymes que demuestren avances en gestión. Una de las ideas que hay detrás es que la sola postulación -que es gratuita e íntegramente a través de Internet- representa en sí misma una ganancia para estas empresas, ya que comprende un proceso de aprendizaje organizacional, pues implica una autoevaluación (conducida por la máxima autoridad de la pyme) que moviliza a toda la empresa, logrando que se la mire desde una óptica sistémica, comprometiéndose con los resultados y comparando su gestión actual con una gestión de calidad.

Por su relación con el SEMC, por apoyar la integración de las pymes a los sistemas de gestión de calidad y contribuir a aumentar su competitividad y, en fin, por aportar un granito de arena a este sector empresarial es que me sumé gustoso a esta interesante iniciativa de ChileCalidad, recomendándoles desde ya a las pymes nacionales participar de los futuros concursos.

miércoles, 4 de junio de 2008

Michael Porter en Chile

Hace unos días estuvo en nuestro país el gran gurú de la economía, el norteamericano Michael Porter, el célebre autor de teorías sobre estrategias competitivas (todos usamos a menudo el análisis de las cinco fuerzas de Porter) dictando unas charlas en donde se refirió, entre otros muchos puntos, al estado competitivo de Chile, causando gran revuelo y el malestar en el Gobierno. Pero a decir verdad, no dijo nada nuevo y nada que no se tenga claro aunque se trate de ocultar o minimizar.

Pero veamos que dijo. "Chile no tiene una estrategia de competitividad país". Esta afirmación fue una de las que más le dolió al Gobierno, pero hay que coincidir que así es. La estrategia competitiva a nivel país es muy débil, no se ha hecho nada concreto o de peso, y que mantengamos un nivel tan pobre de investigación y desarrollo así lo confirma. Otro tema que tocó fue: "cuando se crece al 4% con el mejor precio histórico del cobre, no se está realmente creciendo, sino que se va para abajo". Esta es una verdad del porte de una casa. No merece explicación. Ya en la primera década del siglo XXI y seguimos dependiendo del cobre, pero igual como lo vendíamos hace 60 o más años, sin ningún valor agregado. Así estamos.

"La razón por que los sueldos son bajos es por la baja habilidad de los trabajadores", esta afirmación sólo la podía decir alguien de afuera, pero tampoco está errada. Aquí obviamente entra el gran problema de Chile: la educación, la que nos tiene sumido en el subdesarrollo y la que nos mantendrá en éste si es que no se aplican medidas drásticas y efectivas. No sirve sólo poner más dinero en un sistema que ha demostrado una ineficiencia e inequidad brutal.

Otros tópicos fueron tocados por Porter, pero lo importante es sacar lecciones y trabajar para ello. La competitividad es una de las palabras claves y Chile no está siendo competitivo, salvo contadas excepciones y todas son grandes empresas. Pero que pasa con las pymes. Estas no han logrado subirse al carro de la competitividad. Allí nosotros, los Consultores especializados, tenemos un gran papel que jugar. Por un lado, informando al mercado de alternativas útiles y prácticas (y probadas) que permiten transitar por el camino de la competitividad y la calidad y, por el otro, asesorando a las pymes en estas áreas, implementando sistemas de gestión de calidad, como la Norma Pyme y el Sistema Escalonado de Mejora Continua (SEMC) que son herramientas que aseguran un salto en eficiencia, productividad y competitividad.